Conagua debe dar la cara a jaliscienses: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
Contradicciones, engaños y desinformación rodean al proyecto de la presa El Zapotillo. A pesar de que han pasado varias semanas desde el anuncio oficial de su construcción, la presa genera más dudas que certezas. Las autoridades federales y estatales siguen sin ponerse de acuerdo e informar si esta megaobra resolverá el problema del agua en el Área Metropolitana de Guadalajara y la zona de Los Altos o si, por el contrario, se ha hecho para beneficiar al Estado de Guanajuato, como lo declaró el presidente Enrique Peña Nieto. Los jaliscienses vivimos en un clima de incertidumbre porque desconocemos si se respetarán los decretos de 1995 y 1997, en donde la Conagua garantizaría 56 millones 764 mil 800 metros cúbicos a Jalisco o si estos se reducirán con la nueva presa. Además, nadie nos ha dicho cómo se pagarán los 13 mil millones de pesos que costará el proyecto, ni sabemos en qué parte del presupuesto está contemplada esta cifra. ¿La inversión producirá un cambio en las tarifas del agua? ¿Chapala dejará de perder líquido? ¿Continuarán los tandeos? Aunque existe un consenso entre los especialistas y la sociedad sobre los efectos negativos de construir una presa de este tipo, El Zapotillo sigue adelante a pesar de sus inconsistencias técnicas (la demolición hace unos días de una capa de concreto que no cumplía con los parámetros lo demuestra). Incluso, antes de tener la información necesaria, ya se concesionó la construcción del acueducto que transportará el agua a Guanajuato a la firma española Abengoa, una empresa reconocida por estar coludida con los gobiernos locales y que ha sido investigada por la Oficina de la Unión Europea de Lucha contra el Fraude. Recordemos que el proyecto de Arcediano, que pretendía garantizar el abastecimiento de agua en la ciudad, fracasó por los mismos motivos: falta de información, cero consenso con la comunidad científica y la sociedad (recordemos que ya se forzó la desaparición de una población sin sentido) y un gasto millonario que no se justifica.
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