Holbox y Cuexco, dos modelos opuestos: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
El conflicto que viven los 117 ejidatarios de la paradisíaca Isla de Holbox, quienes, a través de engaños y presiones, vendieron sus terrenos al empresario Fernando Ponce, representa la cara más cruel y depredadora del negocio turístico. Ponce, junto a un grupo de inversores yucatecos, compró a cada uno de ellos sus parcelas por cinco millones de pesos, incluidos sus derechos ejidales. El modelo de negocio turístico que se pretende hacer en esta zona de Quintana Roo, donde se construirán hoteles, departamentos, un campo de golf y centro comercial, acabará con la forma de vida y las tradiciones de cientos de personas quienes, en su mayoría, han heredado la tierra de sus abuelos. Además de poner en riesgo la fauna y la vegetación en una zona considerada Área Natural Protegida. Este caso contrasta con el nuevo Malecón de Cuexcomatitlán, ubicado en la Ribera de la laguna de Cajititlán en Tlajomulco, el cual representa un modelo de activación económica y turística completamente distinto porque integra al comercio local y mejora el entorno urbano y natural de la zona. Inaugurado hace un par de semanas y con una inversión de 30 millones de pesos, este espacio público proyectado por el arquitecto Ricardo Agraz, incluye más áreas peatonales, arbolado, bancas modernas, nuevos muelles y obras que se extienden a toda la población. A muchos empresarios y gobernantes se les llena la boca cuando hablan de las habitaciones ocupadas durante el periodo vacacional, del número de hoteles que se construirán en sus ciudades, pero no se preocupan por generar un desarrollo integral que beneficie económicamente a la población local e impacte positivamente en todos los sectores, desde el humilde pescador hasta al dueño de una lancha que ofrece recorridos en la laguna. No se trata de oponerse a los grandes proyectos de inversión, sino de reconocer que el mejor modelo de crecimiento y desarrollo es aquel que se hace generando consensos con la población y favoreciendo tanto al gran empresario, como al comerciante más humilde.
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