La guerra de Caji: Jorge Narro Monroy

Jal.| 15 sep. 2014

Si alguien tenía dudas respecto a la existencia de un "Cuarto de Guerra" en el Ejecutivo estatal, montado para liquidar políticamente a Enrique Alfaro, me parece que el caso de la Laguna de Cajititlán las puede despejar totalmente.

Abundantes recursos públicos, operados por un amplio y articulado equipo (se dice que encabezado por Alberto Lamas Flores, formalmente titular de la Coordinación de Dependencias Auxiliares), se han puesto en juego para desacreditar a la Administración municipal de Tlajomulco y, "de paso", para golpear a Alfaro, ex Alcalde de la demarcación.

Veamos:
 
1.- Mientras que en la Laguna de Cajititlán, con una extensión de alrededor de mil 800 hectáreas, se recogieron 230 toneladas de peces muertos, en la Presa Hurtado (o Valencia), que mide menos de 500 hectáreas, la mortandad provocada por un derrame de melaza en julio del año pasado superó las 500 toneladas. Y nadie salió a la arena pública rasgándose las vestiduras y acusando de ecocida a Emeterio Corona, el Alcalde priista de Acatlán de Juárez.

Ni la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Gobierno del Estado (Semadet), ni la Fiscalía General del Estado, ni la Secretaría de Salud, ni la Comisión Estatal del Agua, ni el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, ni la Procuraduría General de la República, ni la Comisión Nacional del Agua (CNA), ¡ni la mismísima Comisión Nacional de los Derechos Humanos! Nadie. Y ahora sí. ¡Todos!

2.- Los peces muertos reciben, de los pescadores, el nombre de "popochas" o "pintitas". Pero no son los únicos que viven en la laguna. Hay también tilapia, charal y carpa. Si la causa de la mortandad es la contaminación (y la culpable de ésta -se afirma- es la autoridad municipal de Tlajomulco), ¿por qué sólo han muerto "popochas"? ¿Por qué las otras especies han resultado, hasta ahora, indemnes?

Habrá que repetir que las "popochas" no son comestibles (ni, por tanto, comercializables por los pescadores), a diferencia de las carpas, charales y tilapias. Y que, en cambio, se comen los huevecillos de estas últimas.

"No es por la gran contaminación que dicen que tiene la laguna, es porque se calienta el agua, no ventea y normalmente se mueren porque se les acaba el oxígeno a los peces que andan en las orillas, y las especies que uno aprovecha para comercializar casi no se mueren", señaló Santiago de León Valle, pescador de Cajititlán. La noticia de la mortandad de peces (lo) tiene inquieto. Dijo que en ocasiones el manejo mediático ha sido erróneo, generando disminución en la compra del producto. "No negamos que haya contaminación en la laguna, está visible, pero si fuera esta mortandad producto de la contaminación, se hubieran muerto de todo tipo de especies" (MURAL, 12 de agosto).

3.- ¿Y la Comisión Nacional del Agua? ¿Qué hay de su responsabilidad en lo que sea que ocurre en Cajititlán? Se trata de la dependencia responsable de todos los cuerpos de agua del País. Y tiene el deber de administrarlos, regularlos, controlarlos y -ojo- protegerlos. ¿Y la propia Semadet? ¿No tenía, antes de la "crisis", vela en ese entierro?

Termino:
 
Imagínese Usted que el celo medioambientalista que hoy consume al Gobierno del Estado y a algunas dependencias del federal (y, reitero, ¡hasta a la mismísima CNDH!) les hubiera surgido con el caso del Río Santiago (le recomiendo ver, en YouTube, el documental "Salto de Juanacatlán, donde el agua envenena"), o con el del Lago de Chapala, o con el del Bosque De La Primavera, o con el de los bosques de Tapalpa.

O, más recientemente, con el de la región de Los Altos, a la que se pretende despojar del agua para almacenarla en una presa -El Zapotillo- y traerla luego a la agujereada red de distribución de la Zona Metropolitana de Guadalajara (y a León).

No dudo del valor ambiental de las popochas, pero me parece que hay otros asuntos más importantes en Jalisco. Mucho más, sin duda, que los intereses que defiende el "Cuarto de Guerra" (que, por cierto, para ser de guerra es muy obvio).

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