Las luces y sombras de Octavio Paz: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
Octavio Paz fue, como todos los grandes personajes, un intelectual con muchas luces y sombras. El poeta mexicano creció en un ambiente revolucionario, de hecho su padre fue un estrecho colaborador de Emiliano Zapata. Las ideas del joven poeta en esa época eran muy cercanas al comunismo combativo. Siendo un joven veinteañero, trabajó como profesor en Mérida en las campañas de alfabetización del presidente Lázaro Cárdenas y fue invitado a un Congreso Internacional de Escritores Antifascistas en Valencia, poco antes de la Guerra Civil. Sin embargo, a partir de la década de los cuarenta, se alejó de la izquierda. Paz nunca estuvo de acuerdo con las revoluciones rusas, la cubana y la china, y consideró que la izquierda era cómplice de los crímenes del estalinismo. En 1968, Paz renunció como protesta a la Embajada en India, después de la matanza de estudiantes el 2 de octubre. Sin embargo, en ese momento ya estaba ligado a la corriente liberal y neoliberal, un aspecto que se reafirmó con su acercamiento a intelectuales de derecha como Enrique Krauze. Acusado de reaccionario por criticar al sandinismo, en 1984 se quemó una foto suya afuera de la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México. En esa ocasión, los manifestantes gritaron: "Reagan rapaz, tu amigo es Octavio Paz". En los últimos años de su vida, su coqueteo y ambigüedad frente al poder fue más evidente. Fue un colaborador estrecho de Televisa ("Octavio Paz siempre fue un orgullo para Televisa", dijo hace unos días Emilio Azcárraga) y apoyó muchas políticas neoliberales del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Respecto al conflicto zapatista, aunque tenía cierta admiración por el subcomandante Marcos, fue muy crítico con todas las guerrillas. Paz fue una de las mentes más privilegiadas del siglo XX. Su obra poética y ensayística está fuera de toda discusión. Sin embargo, la parte del mito, el Octavio Paz más polémico es un aspecto fascinante que probablemente no se ha abordado con la profundidad que merece.
Compartir