Reforma obscena: Enrique Ibarra

Jal.| 12 jul. 2014
Si ya de por sí la reforma política consumada ayer, en el Congreso de la Unión, estaba considerada como centralista y regresiva, por vulnerar la autonomía de los estados y condenada a una vigencia breve por lo difuso y confuso de su contenido, la subrepticia modificación a un artículo a la ley orgánica del Poder Judicial de la federación, para otorgar pensiones vitalicias a los magistrados del Tribunal Electoral, bien le merecen el calificativo de una reforma obscena. Hay varias razones para endilgarle ese adjetivo. Es sabido que cada magistrado tiene ingresos económicos anuales de 5 millones 316 mil 59 pesos, equivalentes a 443 mil 44 pesos mensuales, además de vehículos, celulares, gastos de representación, entre otras prestaciones. Con lo que aprobaron el PRI, PAN, PVEM y el PANAL, los actuales integrantes del tribunal tendrán al término de los nueve años de su función, esos ingresos el resto de su vida. Eso es ofensivo e indignante en un país como el nuestro, que tiene más de 50 millones de pobres y en el que la mayoría de los trabajadores perciben entre 1 ó 2 salarios mínimos y al final de su vida laboral apenas sobreviven con míseras pensiones. Es un agravio que los legisladores de esos partidos hayan aprobado esa reforma, cuando hace semanas votaron una pensión a los adultos mayores de apenas 500 pesos mensuales. Es una inmoralidad que premien a servidores públicos, que han sido deficitarios en la impartición de la justicia electoral y más cuando aún tienen pendientes de resolver juicios de la pasada elección presidencial, como el caso Monex, por supuestos financiamientos ilícitos. La independencia del Tribunal con el poder Ejecutivo, queda en entredicho cuando trascendió que quien orquestó esa modificación fue Humberto Castillejos, consejero jurídico de la Presidencia de la República. Con esa ofensiva y desmesurada pensión de los magistrados se confirma que México sigue teniendo un gobierno rico y un pueblo pobre. Posdata: Ayer La Jornada Jalisco le dio su encabezado al diputado Juan José Cuevas, quien refiere un encuentro de Alfaro y Hugo Luna con Gustavo Madero en Puerto Vallarta, afirmando que vio salir a ambos al término de dicha reunión. Lamento que el diputado por su protagonismo, se acredite como un vulgar mentiroso y oportunista, porque me consta que dicho encuentro jamás existió.
Compartir