Diputados Ciudadanos inician la LXI Legislatura del Congreso de Jalisco
En lo que fue la primera sesión para la instalación de la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Jalisco este 01 de noviembre del año en curso, la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano se mostró lista para arrancar con los trabajos legislativos. Ismael Del Toro, quien funge como Coordinador de esta fracción fijó su posicionamiento político:
"Una sociedad abierta es aquella en la que los individuos deben adoptar decisiones personales, contra las decisiones totalitarias de las sociedades cerradas" sostuvo Karl Popper en 1945. Una sociedad en la que la libertad, la no violencia, la protección de las minorías y la defensa de los débiles constituyen valores primordiales de la convivencia humana.
Una sociedad abierta esencialmente es una sociedad democrática, crítica, plural, tolerante y diversa, cuyos gobiernos se encuentran bajo la supervisión y control de la ciudadanía.
Las instituciones y órganos del Estado le sirven a la sociedad bajo el estricto amparo y cumplimiento de las leyes. La defensa de la libertad y los derechos humanos que convalidan la posibilidad de vivir existencias dignas, son los pilares sobre los que se sostienen estas sociedades modernas y progresistas.
En una sociedad abierta el Gobierno se ejerce a través de contrapesos y equilibrios entre los más diversos sectores, instituciones y grupos. El dialogo, la deliberación pública, el acuerdo y la negociación, privan sobre las imposiciones y las silenciosas prebendas. Las minorías gozan de representación y los intereses individuales deben expresarse sin interferir ni contravenir el bienestar público y social.
El paisaje político y social de nuestro Estado -y de nuestro país- está desfigurado y en poco -o en nada- se asemeja a los rasgos antes descritos.
La realidad de la gran mayoría de los jaliscienses es grave y devastadora: el dinero no alcanza ni para cubrir las necesidades más básicas y cada vez son menos las oportunidades de un empleo digno y bien remunerado. La pobreza y la desigualdad se han convertido en condiciones naturales, inherentes e inamovibles de nuestra realidad social.
La violencia se hace presente con más frecuencia y severidad en cada rincón de nuestro Estado frente a un modelo de seguridad reactivo y obsoleto que no es capaz de garantizar los más elementales derechos humanos.
El régimen político está infectado hasta los huesos por la corrupción y la impunidad. La transparencia y la rendición de cuentas parecen metáforas inalcanzables. Hasta hoy, sólo se han dado esfuerzos aislados y la mayoría de los actos han sido simulaciones que obstaculizan la participación activa y libre de los ciudadanos.
Este desolador paisaje condiciona todas las esferas de la vida pública y privada, erosiona la convivencia social; compromete las capacidades institucionales, pone en crisis la legitimidad del Estado e impide que millones de jaliscienses tengan una vida digna.
Bajo este desolador escenario, a casi 200 años de existencia de este Poder Público del Estado, resulta imprescindible reflexionar sobre sus objetivos y funciones. Desde una perspectiva republicana, el Legislativo cumple dos propósitos esenciales: la representación de los intereses ciudadanos para la consecución del bien común y el control y vigilancia de los órganos ejecutivos del Estado.
Es evidente que tales propósitos se han alejado paulatinamente de la realidad de nuestro Congreso. Los esfuerzos y resultados alentadores que realizaron los integrantes de la legislatura numero sesenta, generan un atisbo del deber ser del Congreso, pero por las malas actuaciones del pasado, el Legislativo se ha convertido en un referente ajeno e indiferente a las preocupaciones e intereses de los ciudadanos. La indiferencia con la que se han conducido las fuerzas políticas tradicionales ha enrutado a este órgano a un aislamiento absurdo y paralizante, a negar su condición de resorte para la articulación de las legitimas demandas de los ciudadanos.
Pero también ha renunciado, inconcebiblemente, a ser equilibrio y contrapeso de los otros poderes públicos. Los malos manejos del presupuesto público y constantes acuerdos palaciegos han puesto de rodillas a esta noble institución democrática.
Por ello, los diputados y diputadas de Movimiento Ciudadano nos comprometemos a re-dignificar el trabajo de los diputados en el Congreso y dotarlo de la legitimidad que requiere para recuperar la confianza pública y responder de manera inmediata a las exigencias de los ciudadanos.
Para Movimiento Ciudadano escuchar la voz de la gente, discutir abiertamente, deliberar seriamente, interactuar y corregir es el único camino para encarar, con humildad, el desaliento que está determinando el contexto de nuestro Estado y de nuestra violenta y empobrecida actualidad.
Como fracción mayoritaria en esta legislatura vamos a trabajar de frente a los ciudadanos y nos vamos a empeñar en demostrarles que no se equivocaron al depositar su confianza en nosotros.
El Congreso será nuevamente un espacio en el que se escuchará fuertemente la voz de los ciudadanos. Estamos convencidos de que la participación ciudadana es el único mecanismo para dignificar la reflexión legislativa y oxigenar la vida pública del Estado
Es imprescindible que esta legislatura asuma la responsabilidad de ser un verdadero contrapeso de los poderes del estado y funcione como caja de resonancia de los problemas, las necesidades y los anhelos de la gente.
Como oposición, Movimiento Ciudadano ha demostrado ser una fuerza política crítica, respetuosa y constructiva. Con el Ejecutivo estatal propiciaremos la coordinación y el entendimiento, y pugnaremos en todo momento por la construcción de los consensos que beneficien a las y los jaliscienses.
En sintonía con esta mirada, la bancada ciudadana buscará marcar diferencia y adoptará los principios básicos de un parlamento abierto:
- Vamos a escuchar a los ciudadanos y facilitar su participación a través de todos los mecanismos posibles.
- Vamos a transparentar las acciones de la fracción y de cada diputado. Impulsaremos que el Congreso y todas las instituciones del Estado sigan este principio.
- Vamos a combatir la corrupción estructuralmente a través de diversos mecanismos de vigilancia, monitoreo y evaluación ciudadana. Los jaliscienses serán los principales auditores del dinero público y los escrutadores directos del actuar de sus instituciones.
- Vamos a sistematizar, con el fin de des-regular, la legislación del Estado. Actualmente hay muchas leyes que se duplican y contraponen unas con otras, dificultando su aplicación y el debido acceso a la justicia.
Finalmente, pero no menos importante, realizaremos nuestro trabajo alejados del escándalo, seguiremos impulsando una estricta política de austeridad que guíe el actuar de las instituciones del Estado y, por supuesto, de este Congreso.
En esta Legislatura vamos a romper paradigmas, vamos a legislar con principios y con dignidad. Hoy asumimos con toda responsabilidad el ser la primera fuerza política del Estado. Sabemos lo mucho que cuesta ganarse la confianza de la gente, pero también sabemos que esa confianza se puede perder muy fácilmente ante esta realidad.
Estamos seguros que estaremos a la altura de las circunstancias ¡No les vamos a fallar! Muchas gracias."