Inseguridad: película de terror.-Hugo Luna
Jalisco, con dos millones 454 mil delitos en 2013, es la cuarta entidad con el índice de inseguridad más alto después del Estado de México, Baja California y el Distrito Federal. La tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes fue de 33 mil 29 personas, es decir, el año pasado uno de cada tres jaliscienses sufrió algún tipo de robo o padeció un acto de extorsión.
Pero eso no lo es peor, 89 por ciento de los delitos no se denuncian, lo que nos habla de que los ciudadanos no confiamos en el sistema de impartición de justicia. En cuanto a la percepción pública, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Pública 2014 del INEGI, 68 por ciento de los jaliscienses piensa que la entidad es insegura.
Lo peor del fracaso de los cuerpos encargados de brindar seguridad y de la estrategia implementada por el Gobierno de Jalisco, se dramatiza cuando los ciudadanos responden que los lugares donde se siente mayor riesgo de ser robados es en la vía pública o en el transporte público, espacios que deberían ser de convivencia y paz.
Cada vez los robos y agresiones resultan más cercanos. Zonas como la Colonia Providencia, Americana, El Colli en Zapopan o el Centro, se han vuelto altamente inseguras. Mientras el Gobierno de Jalisco gasta una millonada en campañas publicitarias para "pintar" un mundo falso donde dice que todo va bien, dramáticamente nos enteramos en nuestro círculo familiar o de amistades que alguien ha sido agredido o asaltado.
La inseguridad se está convirtiendo en el cáncer de Jalisco y no parece haber una cura a corto plazo si las autoridades estatales no salen de su ostracismo y el modelo de seguridad no se replantea.
Algo está muy mal cuando secuestran a plena luz del día y asesinan a un diputado federal por Jalisco; o cuando desaparecen 43 normalistas de Ayotzinapa. Todo esto envuelto en un caos que involucra tanto a policías municipales del municipio de Iguala como a grupos del crimen organizado de Guerrero.