Vamos a 2015 como Movimiento Ciudadano: Hugo Luna
El Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, elaborado por el INE y el Colegio de México, demostraba que los partidos políticos son la institución que menos confianza genera entre los ciudadanos.
Los partidos de siempre se han ganado a pulso y con todo merecimiento el descrédito de la población. Durante muchos años, se han alejado de las necesidades de la gente y han considerado al ciudadano bajo una lógica clientelar (sólo son útiles durante las elecciones, luego son invisibles).
La ciudadanía considera que los partidos tradicionales encarnan esa "casta" privilegiada que durante años ha promovido la corrupción, que ha mantenido y provocado la desigualdad social, que han hundido al país en la inseguridad y el desempleo.
"A veces los propios partidos políticos -convertidos en iglesias inquisitoriales- prefieren tener feligreses que ciudadanos en sus filas", afirma el filósofo español Fernando Savater en el libro "Diccionario del ciudadano sin miedo a saber". Y no le falta razón.
Y nos preguntamos, ¿se puede confiar en aquellos que han traicionado la confianza de la gente, en gente que ha usado la política para que las cosas sigan como siempre?
Sin caer en el simplismo de que existen partidos buenos o malos, llegamos a la conclusión de que confiar en ellos sería traicionar a los ciudadanos que han apoyado este movimiento e ir contra de la idea de que no somos más que una plataforma para los hombres y mujeres que desean aspirar a algún cargo de representación popular y cambiar la historia de Jalisco y el país.
Muchos sectores ciudadanos han alcanzado un gran nivel de organización y capacidad para estructurar sus demandas y cambiar su realidad. La velocidad con la que se mueven, supera por mucho a la de aquellos que siguen trabajando con ideas del pasado. Por eso, no nos podemos aliar con los partidos tradicionales que han hecho gobiernos mediocres, opacos, corruptos y alejados de los ciudadanos.