Enrique Alfaro Ramírez un político diferente

Jal.| 12 jul. 2014
Enrique Alfaro es un joven político jalisciense, que nació un 20 de junio de 1973, hijo del ex rector de la Universidad de Guadalajara Enrique Alfaro Anguiano y Bertha Ramírez Fruchier, trabajadora social, que quizás de ella heredo el sentido social de la política. Sus logros académicos son sobresalientes, pues tiene varias maestrías en Desarrollo Urbano. Sus inicios en la política los tuvo con el PRI, fue contendiente a varios cargos de elección popular, con magros resultados. En el 2005 rompió con el PRI y se incorporo al PRD, resultando electo diputado para LVIII legislatura, siendo sobresaliente su desempeño en esa legislatura pues promovió varias iniciativas en beneficio de la sociedad jalisciense. En el 2009 se lanza como candidato de la coalición, PRD-PT al gobierno de Tlajomulco, resultando triunfante para ese cargo. Fue el primer gobernante de izquierda en la zona conurbada de Guadalajara. Su estilo fresco, audaz y diferente de gobernar, impacto en la sociedad Tlajomulquense, aplicando sus conocimientos de desarrollo urbano en favor de la ciudadanía, austero en sus gastos y en los sueldos de la alta burocracia, sacando provecho de su carisma y relaciones políticas, pudo realizar obras de gran envergadura, para beneficio de los habitantes del municipio más pobre del estado. Fue capaz de poner a Tlajomulco de Zúñiga en los reflectores a nivel nacional, por la revolución que provoco al hacer de este municipio un eje de desarrollo, con sus obras en salud, educación, cultura, medio ambiente, reactivando la economía para beneficio de sus moradores, al término de su gestión recibió la aprobación de más del 90% de la población. Con esos antecedentes contendió para la gubernatura del estado, en contra de la estructura presupuestal, económica, clientelar y partidista del PAN que tenía 18 años de gobierno y del PRI con toda su maquinaria "alquimista mapachil" electoral y un desdibujado, decrepito y decadente PRD de Raúl Padilla López (solo por mencionar). Con una campaña austera, sin derroches, aprovechando los reflectores de su buen gobierno en el municipio de Tlajomulco, logro posicionarse en el gusto del electorado. En los debates, Enrique Alfaro arraso con sus contrincantes, exhibiendo principalmente al candidato del PRI, Aristóteles Sandoval como una mala copia de Enrique Peña Nieto. Los resultados de esas elecciones todos la conocemos, Enrique Alfaro arraso en las zonas urbanas y saco baja votación en las zonas rurales, en donde el PRI se despacho con la cuchara grande, manipulando actas, votos y resultados a favor de Aristóteles, el fraude del PRI también, estuvo presente en estas elecciones. Con más Un millón doscientos mil votos, estuvo a 130 mil votos de arrebatarle la gubernatura al PRI. Mandando al PAN a un lejano tercer lugar y al PRD desapareciendo de las preferencias de la ciudadanía. En nuestro país, jamás se había visto que un solo hombre, sin recursos, sin estructura partidista, sin padrinos políticos, pudiera cimbrar los cimientos del sistema electoral de partidos en México. En la actualidad desde su trinchera, sigue trabajando en beneficio de la ciudadanía acaba de impedir con recursos legales, normativos y jurídicos, que el pulpo transportista local, deteriore aun mas los bolsillos de los habitantes de la zona conurbada de Guadalajara, pues los transportistas querían aumentar el precio del pasaje en complicidad con Aristóteles y los regidores locales del PRI, PAN y PRD. Sus críticos, le achacan cientos de defectos y corruptelas, la realidad es que no han exhibido pruebas de esas supuestas desviaciones y actos de corrupción. Los casos más recientes, son las reuniones con Aristóteles Sandoval y Raúl Padilla López, en donde quizás su único error, fue no transparentar y hacer públicos esos encuentros. En el caso del ecocidio en la Presa Valencia en Acatlán de Juárez, los priistas quieren politizar ese desastre, tratando inútilmente de responsabilizar a Enrique Alfaro. Tanto a Enrique Alfaro como a Andrés Manuel López Obrador les han inventado mitos y fantasías fuera de la realidad, con el fin de desprestigiar y frenar sus carreras políticas. En las recientes elecciones en México, se dio un abstencionismo en promedio del 66%, e inclusive en algunas zonas de nuestro país, de más del 70%, lo cual significa que la gente está harta del sistema de partidos y de los políticos de siempre que llegan a los cargos de elección con las garras listas para servirse con la cuchara grande, saqueando, robando, corrompiéndose y dejando sin presupuesto a sus habitantes. Por esa razón la gran mayoría del electorado ya no cree en la "democracia" de nuestro país. Hacen falta en México, reales servidores públicos que lleguen a sus cargos, con el afán de servir y beneficiar a sus gobernados, pocos políticos son los que realmente cumplen con esa premisa, Enrique Alfaro es de esa clase de políticos. El futuro de Enrique Alfaro, es amplio y prometedor, el horizonte se vislumbra claro, nada más que no cometa errores y tendremos a un real servidor público que seguirá haciendo historia en el estado de Jalisco y en México.
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