No se puede gobernar con fantasías

N.L.| 21 mar. 2015

Las campañas políticas han dejado de ser para muchos ese vínculo entre el candidato y el elector, a través del cual se dan a conocer las propuestas que solucionaran los problemas del estado. A su conveniencia, los políticos de siempre se hacen de la vista gorda: una propuesta no puede derivar de una simple ocurrencia, sino que surge de la necesidad de dar solución a problemas o evitar estos, considerando siempre la opinión de la sociedad civil y expertos en el tema.

El problema no radica en que el fin justifique los medios, radica en que el fin no es ganar las elecciones, sino solucionar los problemas y que los ciudadanos tengan una mejor calidad de vida. Nos quieren vender más de lo mismo, pintado de color rosa. Es una irresponsabilidad que prometan cosas que son imposible de cumplir, o que al cumplirlas comprometan a futuras generaciones a una peor calidad de vida.

Lo que Nuevo León necesita son políticos comprometidos con la sociedad y que se conduzcan de manera abierta y transparente. No hay recetas mágicas para recuperar la grandeza de nuestro estado: lo que se necesita es honestidad, capacidad y una ciudadanía exigente.

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