Cajititlán: Tierra de Reyes

Jal.| 4 ene. 2020

4 de enero de 2020

Jalisco tiene cientos de leyendas en cada uno de sus municipios que nos identifican culturalmente como pueblo. Una de las más grandes es la de los Santos Reyes en Cajititlán. Cajititlán proviene de la raíz náhuatl caxitl que significa cajete, platón, jícara o recipiente. Además, la laguna que lo rodea es de agua de lluvia que se escurre de las serranías circundantes y que se acumula sobre un fondo de tepetate firme y salitroso.

  • La celebración de los Reyes Magos de Cajititlán se lleva a cabo cada 7 de enero, día en que los Santos Reyes salen del templo para recorrer el pueblo. Por tradición, se acostumbra pasar debajo de los Reyes, extendiéndose una fila de personas hincadas sobre una alfombra de alfalfa, hierba verde que sirve para indicar el camino de la procesión y que simboliza un lugar sagrado o más elevado. Todo esto, esperando que los Reyes les pasen por encima para agradecerles y esperar un buen año.

Una vez recorridas las calles, los Reyes se embarcan junto a una comitiva para recorrer las aguas de la ribera de San Juan Evangelista, San Lucas, Cuyutlán y Cuexcomatitlán, desembarcando en la Plaza del Pescador para de allí regresar a su santuario.

Esta tradición se celebra desde hace más de dos siglos, por lo que a Cajititlán también se le conoce como Cajititlán: Tierra de Reyes, donde se venera a tres imágenes que representan a Melchor, Gaspar y Baltasar. Cuenta la leyenda que las imágenes hicieron su aparición repentinamente en la comunidad y desde entonces comenzaron a ser veneradas con gran devoción en la parroquia erigida en su honor en 1770.

Fue Fray Alfonso Ponce quien ordenó que se tallaran los Santos Reyes en madera de mezquite en el año de 1857, 48 años después, el 6 de enero de 1905, luego de hacer su tradicional recorrido y llevarlos de regreso a la parroquia, una vela provocó un incendio que dañó las imágenes. La leyenda cuenta que el padre Tiburcio Lozano escondió las imágenes después del incendio, mandando hacer otras imágenes con lo cual hizo que el fervor disminuyera. Pero en el año de 1932 que se encuentran enterradas las imágenes originales, las cuales se mandan a restaurar, y estas regresan a la parroquia y con ello la devoción por ellas.

Desde entonces el día del hallazgo se festeja año con año. Con anterioridad, los gobernantes indígenas convocaban a los pueblos amigos a celebrar la cosecha del maíz y agradecer a sus dioses la abundancia de productos que les enviaban para satisfacer las necesidades para su alimentación.
 
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