Jalisco es uno de los Estados del país que más dinero gasta en mantener a sus partidos políticos (240 millones de pesos en 2013) sólo por detrás del Distrito Federal y del Estado de México. Esta situación parece que seguirá igual porque los tres principales partidos se han opuesto sistemáticamente a la reducción del financiamiento. El PRI, por ejemplo, ya había manifestado su intención de bajar el gasto para los partidos, aunque finalmente se echaron para atrás, engañando una vez más a la gente. Durante el debate sobre la Reforma Político-Electoral, los diputados de la fracción del Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado, propusieron reducir el presupuesto a los partidos mediante un cambio en la fórmula de asignación: en lugar de multiplicar 65 por ciento del salario mínimo por el padrón electoral (como se hace ahora), la propuesta consiste en multiplicarlo únicamente por el número de ciudadanos que acudieron a votar en las elecciones anteriores, lo que reduciría hasta en 40 por ciento el presupuesto para partidos a partir de 2015. Es importante aclarar que en año electoral, los partidos reciben entre 40 y 60 por ciento más del presupuesto que en años donde no hay comicios. De tal modo que, de aprobarse esta iniciativa, en lugar de recibir 327 millones de pesos en 2015 (según la fórmula anterior) recibirían 195, consiguiendo un ahorro de más de 130 millones. La fracción también ha propuesto reducir las campañas a gobernador, presidentes municipales y diputados a 60 y 30 días. Esto, además de producir un ahorro importante de recursos que se podrían destinar a cosas más importantes y necesarias, permitirá que los candidatos se centren en temas relevantes y ayudaría a combatir la guerra sucia. México tiene una de las democracias más caras del mundo, pero en la relación entre costo y beneficio salimos perdiendo. Cerrar un poco la llave de los recursos obligará a los partidos a hacer campañas donde se privilegien las ideas, los proyectos y no el despilfarro.