El Economista | Lilia González y Lourdes Flores 

La factoría implicaría una inversión entre 5,000 y 10,000 millones de dólares, con lo que superaría los montos para la construcción de otros sitios de fabricación en la última década.

Es un hecho. Tras meses de especulación, ayer se confirmó que Tesla instalará una planta de ensamble de vehículos eléctricos en México, en el área metropolitana de Monterrey, que se convertirá en la vigésimo primera del país y posiblemente la más cara instalada hasta la fecha en territorio nacional.

La factoría implicaría una inversión entre 5,000 y 10,000 millones de dólares, con lo que superaría montos anunciados para la construcción de otros sitios de ensamble en la última década.

Entre ellos destacan la planta de KIA en Pesquería, Nuevo León, (2,300 millones de dólares); la de Infiniti-Daimler, en Aguascalientes, (1,400 millones de dólares); la de BMW, en San Luis Potosí (1,000 millones de dólares); o la de Toyota, en Guanajuato (700 millones de dólares). Las tres primeras fueron anunciadas en el 2014 y la última, en el 2015.

La inversión de Tesla sería también la novedad en medio de una cadena de anuncios de empresas automotrices ya establecidas en México para ampliar o adaptar sus líneas de producción para automóviles eléctricos.

A Tesla le han antecedido Ford, que en julio del 2020 anunció un desembolso por 1,100 millones de dólares para producir autos eléctricos en su planta de Cuautitlán, Estado de México; General Motors, que en abril del 2021 dijo que destinaría 1,000 millones de dólares para reconvertir su planta de Ramos Arizpe, Coahuila; o Volkswagen, que en octubre del año pasado afirmó que invertirá 760 millones de dólares para adaptar su planta de Puebla.

Más recientemente, en febrero del 2023, BMW anunció un gasto de capital de 860 millones de dólares para ampliar su planta de San Luis Potosí y Stellantis, una inversión de 200 millones de dólares para actualizar su planta de Saltillo, Coahuila; ambas, con la intención de producir modelos eléctricos en breve.

En tanto, Audi ha dicho que entre sus planes está también modernizar su planta de San José Chiapa, Puebla, con la intención de producir su SUV Q5 en su versión totalmente eléctrica.

Por si esto fuera poco, las chinas Chery (que en México opera bajo la marca Chirey) y Jetour, también han expresado su deseo de establecer operaciones de ensamblaje de autos eléctricos en el país.

Bajo condiciones

Durante su conferencia matutina de este martes 28 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que acordó con Elon Musk, CEO de Tesla, que la planta se instale en Nuevo León, con la condición de que en todo el proceso productivo se utilice agua tratada y reciclada, además de que trabaje en conjunto con el gobierno para resolver la crisis hídrica a mediano y largo plazo.

“Sí se va a instalar la planta en Monterrey con una serie de compromisos”, dijo, al añadir que el CEO de Tesla entendió de la importancia que tiene atender el problema de la escasez de agua. El primer compromiso fue “el del uso de agua reciclada en todo el proceso de fabricación de automóviles eléctricos, y de tratamiento de agua, incluso hasta para la pintura de los automóviles”.

Recordó que para resolver el déficit de agua para consumo humano, se está invirtiendo en la Presa Libertad y en la construcción del Acueducto El Cuchillo II, obras que resolverán el problema a corto plazo.

Samuel García, en Austin

En entrevista con medios locales, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, comentó que hoy Tesla informará sobre “cómo quedaría la gigafactoría más grande del mundo en Santa Catarina”.

Este miércoles 1 de marzo, el mandatario se reunirá en Austin, Texas, con el CEO de Tesla, en el marco del Investor Day de la compañía estadounidense.

Desde hace más de un año, Samuel García buscó reunirse con Musk para mostrarle las ventajas de una inversión en el estado, como el corredor industrial Saltillo-Monterrey, y desde entonces se planeó el desarrollo del Puente Colombia, el cual ya cuenta con un carril exclusivo para Tesla.