La Guadalajara de Juan Kaiser: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
La biografía de Juan Kaiser Schwab está íntimamente ligada a la historia de la ciudad. Originario de Leuzingen, un pequeño poblado cercano a Berna, dejó su país a los 22 años para emprender su aventura americana y hacer riqueza. Nacido en 1858, el empresario suizo llegó primero a Perú donde se dedicó a la importación de productos europeos. Luego viajó a Bolivia y Ecuador, pero finalmente recaló en Guadalajara en 1899, previo paso por la Ciudad de México. Ya instalado abrió la papelería "Al libro de caja" en la calle de San Francisco (ahora 16 de Septiembre) y López Cotilla, que luego se convertiría en una imprenta. Aficionado a la fotografía, amplió sus negocios a la importación de productos europeos y a la venta de postales usando las imágenes que él mismo tomaba. La semana pasada se inauguró en la Casa ITESO Clavigero una exposición que muestra más de 200 postales de la ciudad que la casa editorial de Kaiser produjo entre los años 1900 y 1916, fecha de su muerte. Las postales muestran una ciudad muy distinta a la actual. A principios del siglo XX Guadalajara tenía más de cien mil habitantes. Contaba con una industria, la textil, muy próspera y la llegada del tren que la enlazaba con la capital, en 1888, fue un signo de modernidad que ayudó a la expansión del comercio local. Sin exagerar en la nostalgia, la Guadalajara de nuestros abuelos tenía muchas ventajas respecto a la actual: sus habitantes tenían una vida de barrio más vital, era mucho más segura, pero también tenía muchas carencias: su sistema de drenajes y varios servicios públicos, salvo en la zona de Las Colonias, donde vivía la gente más rica, tenía muchas deficiencias. Conocer la historia y el desarrollo de Guadalajara es el primer paso para comprender sus problemas actuales. La ciudad, a pesar de sus problemas, sigue siendo una de las más bonitas de México y, si tomamos las decisiones correctas, el futuro de esta urbe desordenada y caótica puede ser ilusionante.
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