Urgen soluciones integrales e inteligentes: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
Jalisco y el Área Metropolitana de Guadalajara están sumergidos en una grave crisis del agua que no se resolverá solamente con la construcción de presas como El Zapotillo o El Purgatorio. A corto plazo, estas mitigarán la necesidad de líquido para los tapatíos, pero si estas megaobras no se acompañan con políticas destinadas a la racionalización y al uso eficiente del recurso hídrico, a promover la protección de zonas de recarga y a implantar una cultura del cuidado del agua, no serán suficientes. El especialista Arturo Gleason Espíndola afirmó que en el Área Metropolitana existen al menos 30 manantiales que generan una fuente de 16.5 millones de metros cúbicos al año, lo que equivale a 20 por ciento de lo que la presa de El Zapotillo almacenará. Además, dijo que si aprovechásemos 10 por ciento de los 318 millones de metros cúbicos de agua de lluvia que caen en la ciudad, se podría llenar la presa Calderón durante un año. El tema de la procuración de recursos debe ser prioritario en la agenda pública. No podemos continuar con el despilfarro hidrológico que sufre el Área Metropolitana de Guadalajara. Si las cosas no cambian, la desaparición de pueblos como Temacapulín, Acasico y Palmarejo, no serán casos aislados. ¿Hasta dónde y qué poblaciones seguiremos inundando en el futuro para satisfacer nuestra sed? Recientemente se dio a conocer un decreto presidencial para reglamentar el uso del agua en la Cuenca Lerma Chapala, en donde se destaca el veto durante 50 años para nuevos permisos de explotación en esta zona del país y especifica que, si el lago está a 60 por ciento de su capacidad, disminuirá la cantidad de líquido que extraigan las once represas de la cuenca y los más de mil embalses de pequeña irrigación. Esta decisión será buena o mala en la medida en que se complemente con acciones integrales. Si continuamos con esta lógica de inundar pueblos enteros con grandes presas, no habrá infraestructura suficiente, ni pueblo que resista ante el consumo desmedido e irresponsable del líquido en la ciudad.
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