México ya despertó

Noticias| 1 sep. 2014

Nuestro país no está en calma, todos los días es golpeado por las plagas de la corrupción, la violencia, la pobreza, la delincuencia y la impunidad. El México que vive sólo en la propaganda del Gobierno Federal y que inunda todos los medios de comunicación, dista mucho del México que padecemos los ciudadanos.

El hartazgo por la incompetencia y complacencia de las autoridades ha sido alimento para diversos movimientos de ciudadanos libres que se han constituido para manifestarse en contra y defender sus derechos para cambiar la realidad en la que viven.

México ya despertó en cada una de las personas que decidieron organizarse y proveer de seguridad a sus comunidades, bajo el nombre de autodefensas y a pesar del peligro que es luchar contra el crimen organizado y autoridades corrompidas por el mismo.

México ya despertó en los padres de los niños afectados y fallecidos por el incendio de la Guardería ABC de Sonora, hombres y mujeres que a pesar del inmenso dolor se han convertido en investigadores de un crimen que hasta el momento sigue sin castigo y que es una prueba más de la corrupción que carcome a las instituciones.

México ya despertó en los regios que exigen y claman justicia en memoria de las 52 personas muertas en el Casino Royale, a ellos se suman miles de periodistas que todos los días se juegan la vida en México y especialmente en Veracruz, donde ejercer el derecho de expresión es bajo riesgo de muerte.

"Justicia para Nuestras Hijas" es otra muestra de ciudadanos organizados que han logrado poner el dedo en la llaga de la complicidad de las autoridades con el narcotráfico y que acompañan en el dolor a las familias de un sinnúmero de desaparecidos. Así como ellos, sorteando las amenazas y peligros del crimen organizado, otros apoyan a los miles de hermanos migrantes que cruzan nuestro país expulsados de sus lugares de origen por el hambre y la desesperanza.

Se respira en el aire, México ya despertó y el cambio real se gesta desde abajo, en cada mexicano que ama a su país y cree que ya no puede ni debe seguir viviendo en esta realidad, que lo insulta desde que se despierta, sumido en una desigualdad brutal y cínica.

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