México es, sin lugar a dudas, uno de los países que desde hace ya varias décadas vive el fenómeno migratorio de manera más fuerte y marcada a nivel global. Nos hemos constituido como una nación de naturaleza migrante, principalmente por la salida de cientos de miles de mexicanos que año con año parten, por diversas razones, fuera de nuestras fronteras.

La gran mayoría de las veces son la falta de oportunidades y de condiciones de vida digna los motivos principales que propician este éxodo masivo de connacionales al exterior, cuyo destino es, por lo general, el vecino país del norte. Nuestros compatriotas buscan encontrar en Estados Unidos todas esas oportunidades y posibilidades de desarrollo y crecimiento que México no ha podido, o no ha querido, brindarles.

Es por demás admirable la valentía, coraje y determinación de tantos mexicanos que tomaron la decisión de salir de sus comunidades de origen, dejando atrás a familiares y amigos, al lugar que los vio nacer y crecer, y dirigirse así a otro país en el que hay que volver a comenzar, con todas las complicaciones que ello conlleva. El haberse asentado y construido una vida en un país culturalmente distinto, con diversas barreras como lo es el del idioma, no puede provocar sino el más alto nivel de respeto hacia ellos.

Es por esto que resulta entristecedor e indignante que nuestros paisanos no cuenten, normalmente, con la protección y el apoyo necesarios, tanto por parte de las autoridades americanas como de las mexicanas.

Si bien es cierto que Estados Unidos de alguna u otra manera les ha permitido prosperar económicamente, también lo es el hecho de que existe aún un sector importante de la población norteamericana, incluido el gubernamental, que no les da el trato que merecen; y qué decir del lado mexicano, en el que ha habido un abandono institucional por parte de las autoridades de los distintos órdenes de gobierno hacia nuestra comunidad migrante.

Ha habido esfuerzos aislados desde el interior de la República que han propiciado mejoras en las condiciones de los mexicanos residentes en el exterior y de sus familiares radicados en sus comunidades de origen, sin embargo, éstos han resultado limitados e insuficientes para proporcionar los niveles de apoyo y protección que tanto requieren.
También hay los esfuerzos que, a pesar de representar proyectos que potencialmente derivarían en grandes beneficios, se han ido perdiendo y desvirtuando en el entramado mundo de la burocracia mexicana, afectados por la fuerte corrupción que permea en gran parte del sistema político nacional, como sucedió con el conocido Programa 3×1 para Migrantes.

Es inconcebible que a los millones de mexicanos que viven en territorio estadounidense, quienes representan alrededor del 10% de la población total en México y al 4% en Estados Unidos, no se les brinden los mecanismos de representación y decisión necesarios para que efectivamente sus intereses sean protegidos y respetados.

En Movimiento Ciudadano es prioridad la defensa de los derechos de la comunidad migrante mexicana, especialmente por la brecha tan amplia que existe entre lo que debería proporcionárseles y lo que de hecho se ha logrado hacer. Nuestro objetivo es erigirnos, a través de la Comisión del Mexicano Migrante, en su portavoz para que sus propuestas sean exitosamente atendidas y satisfechas en ambos lados de la frontera.

Por ello, el pasado 8, 9 y 10 de abril nos dimos a la tarea de visitar a distintos grupos migrantes residentes en Los Ángeles, California, así como en ciudades aledañas; además, celebramos el Encuentro Binacional México-Estados Unidos con Líderes Migrantes para poder, en primer lugar, conocer cuáles son las principales inquietudes de la comunidad migrante, qué temas consideran que deben abordarse de forma prioritaria, y qué acciones podemos emprender en su beneficio.

En segundo término, celebramos el Encuentro para poder expresarles directamente el sólido compromiso de Movimiento Ciudadano con toda la comunidad mexicana en el exterior para brindarles el espacio y apoyo necesarios para que su voz finalmente sea escuchada y que influyan directamente en el desarrollo de la vida política del país.
A lo largo del fin de semana tuvimos la oportunidad de convivir e intercambiar opiniones con miembros de diversos clubes y organizaciones migrantes provenientes de varias entidades federativas de la República como Nayarit, Sonora, Zacatecas, Jalisco, entre otros, a fin de tener un panorama más claro de su situación actual expresada de viva voz, así como de entablar una relación más firme con cada uno, para consecuentemente iniciar las labores de permanente comunicación que serán necesarias para lograr los objetivos planteados.

Distintas personas destacadas dentro de Movimiento Ciudadano que desempeñan diferentes funciones y cargos, se sumaron con mucho ánimo a dicho encuentro, conformando así una excelente comitiva.

Resultó muy satisfactorio que todos los miembros de la comitiva pudieran compartir con los distintos grupos migrantes sus experiencias, así como señalarles, por sus respectivos ámbitos de acción, la manera específica en que cada uno de ellos puede ayudar a que las metas de estos colectivos migrantes lleguen a buen puerto.
Fueron muchas las horas de convivencia que tuvimos todos nosotros con diversos compatriotas migrantes, con los que tuvimos una provechosa retroalimentación en cuanto a los fines que habremos de perseguir conjuntamente.

Cabe destacar que gran parte de nuestra agenda durante la gira la realizamos en coordinación con Movimiento Ciudadano Migrante, agrupación migrante de base jalisciense radicada en Los Ángeles con la que por algunos años hemos tenido el privilegio de trabajar de la mano, y que al igual que nosotros, se encuentran convencidos de que sumando esfuerzos es posible cambiar el rumbo de México en favor de todos los mexicanos.

Quisiéramos aprovechar este medio para reiterar nuestro profundo agradecimiento a la Coordinación, y en general a todos los miembros de Movimiento Ciudadano Migrante, por su cálido recibimiento y por todas las atenciones y muestras de solidaridad que a lo largo de aquellos días nos brindaron tan consideradamente. Sabemos que sin su colaboración, las diferentes actividades que allá llevamos a cabo no habrían tenido el éxito que finalmente tuvieron.
Igualmente agradecemos a todos los líderes migrantes que con mucho gusto nos acompañaron, así como al resto de personas que con tanto interés participaron en el Encuentro Binacional que, coincidimos, fue sumamente beneficioso para todas las partes, especialmente para establecer los cimientos sobre los que habrá de construirse la Agenda del Mexicano Migrante.

Fue realmente una extraordinaria experiencia, humanamente enriquecedora, y que servirá como pauta en el actuar que habrá de tener nuestra organización en favor de toda la comunidad migrante.

Movimiento Ciudadano no tiene la intención de imponer agenda alguna a la labor, ya heroica, que llevan a cabo nuestros compatriotas del otro lado de la frontera, sino todo lo contrario: queremos que sea la misma comunidad migrante la que decida el rumbo que habrá de tomar, así como el de sus familiares que se encuentran en territorio nacional, que sean ellos mismos quienes instruyan a Movimiento Ciudadano a conducirse en el sentido que saben es el más conveniente para ellos.
La constitución de la Comisión del Mexicano Migrante se encuentra determinada precisamente en función de ello, de que sirva como facilitadora y operadora de las propuestas y planes de trabajo que la comunidad migrante mexicana defina.

Es impresionante la voluntad y energía con la que nuestros paisanos se organizan en el extranjero, cómo han logrado desarrollarse fuera de México a pesar de las grandes adversidades a las que han tenido que enfrentarse, y cómo buscan, por los medios que tienen a su alcance, mejorar las condiciones de vida en sus municipios de origen para que sus seres queridos reciban las oportunidades que ellos tuvieron que encontrar en otro país.

Estamos conscientes del enorme esfuerzo y trabajo que con este fin han realizado y que ha derivado en conseguir una fuerte influencia en nuestro país, tanto cultural, como social, económica y políticamente, y a pesar de esto, no se les ha empoderado (siquiera dado la oportunidad para ello) como merecerían.

Movimiento Ciudadano está decidido a darles la voz y el poder de decisión a toda la comunidad mexicana migrante, algo que por tantos años se les ha negado de manera injusta.
Sabemos que juntos, sumando los esfuerzos de tantos mexicanos que estamos hartos de promesas sin fondo y de políticas que sólo benefician a unos cuantos ignorando a quienes en principio detentan la soberanía, como lo son los ciudadanos libres, podemos trabajar coordinadamente para transformar la realidad nacional.

Lograremos así incidir en la construcción de un régimen migratorio ordenado, seguro y digno, e influir en la definición de una política exterior mexicana por la que se asegure el incondicional respeto a los derechos humanos de todo mexicano dentro y fuera de nuestras fronteras por parte tanto de las autoridades, como de la sociedad civil en general.

Tenemos el firme y enérgico compromiso con todos y cada uno de los mexicanos que en su momento partieron al exterior en búsqueda de una mejor vida, así como con sus familiares en México, de fungir como vehículo para llevar su agenda a los espacios de decisión, y de servir como facilitadores para la organización e implementación de acciones que efectiva y directamente se vean reflejadas en sus comunidades.