"Vía Libertad" pone el ejemplo: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
Guadalajara es una ciudad con un grave déficit de espacios públicos de calidad, en buena parte porque los gobiernos en turno han sido incapaces de ofrecer condiciones de seguridad y áreas de convivencia atractivas. Ante esto, muchas veces la iniciativa privada sido la que ha puesto el ejemplo a los gobernantes al ofrecer soluciones urbanas interesantes. Hace unos días, un grupo de empresarios y promotores culturales presentó el proyecto "Vía Libertad", el cual tiene como objetivo remodelar un edificio de oficinas de los años setenta, para convertirlo en un detonante cultural, económico y social de la Colonia Americana, uno de los barrios con mayor dinamismo comercial de la ciudad. El proyecto, ubicado en la Torre la Paz, entre las calles Colonias, La Paz y Libertad, contempla un uso mixto del espacio con una superficie de dos mil 600 metros cuadrados. El edificio principal acogerá oficinas para empresas creativas y en la parte inferior se instalará un mercado gastronómico y un área comercial donde se pondrán negocios, cuyo perfil se adaptará al estilo de vida del barrio. El Mercado México (como se ha bautizado) busca recuperar, según los promotores, el espíritu de los mercados tradicionales e intentará revalorizar la gastronomía local. El proyecto incluye también la remodelación de la plaza central y de las terrazas aledañas, así como la construcción de áreas adaptadas para los ciclistas y los peatones. Durante la presentación, el arquitecto Carlos Rodríguez, encargado de la remodelación del espacio, hizo mucho énfasis en el tema social y en la importancia de hacer proyectos que generen ciudad. Hay que agradecer que los dueños de este edificio no sucumbieran a la tentación de la especulación inmobiliaria. Más de uno hubiera preferido derrumbar el edificio para construir un estacionamiento, en lugar de reciclarlo y darle un uso más atractivo. Este grupo de emprendedores demuestra que no es imposible regenerar un barrio y que tampoco es necesario gastar cantidades exorbitadas para hacer proyectos que beneficien a la comunidad y que equilibren la visión comercial y cultural. Basta una buena idea, mucha voluntad, creatividad y ganas de tener una ciudad más habitable.
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