UNESCO pide justicia para periodistas asesinados; México quinto país más peligroso

Réplica de Medios| 5 nov. 2016

América Latina, con 51 periodistas asesinados en 2014-2015, es la segunda región más peligrosa del mundo para los periodistas, detrás de los países árabes, indica informe.

e acuerdo con un informe publicado por la Unesco, México ocupa el quinto lugar en un listado de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
 
América Latina, con 51 periodistas asesinados en 2014-2015, es la segunda región más peligrosa del mundo para los periodistas, detrás de los países árabes, indica el informe.
 
En total 115 periodistas murieron en todo el mundo, especialmente en los países árabes (78), sobre todo en los conflictos de Siria, Irak, Yemen y Libia.
 
02 de noviembre 2016 
 
"Los medios y la libertad de expresión están en estado de sitio", advierte la Unesco en un informe publicado con motivo de la Jornada internacional del fin de la impunidad en los crímenes contra los periodistas.
 
Francia, tras el ataque contra la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo (8 periodistas muertos) se coloca en tercera posición detrás de Siria (13 reporteros muertos) e Irak (10).
 
Le siguen Brasil, México y Sudán del Sur, con siete reporteros muertos en el ejercicio de su profesión. India, Libia y Filipinas presentan cada uno un balance de seis periodistas muertos.
 
Desde 2006, año en que la Unesco comenzó a publicar este informe cada dos años, la institución registró la muerte de 827 periodistas, es decir uno cada cinco días. Sólo 2012 fue más mortífera que 2015, con 124 periodistas muertos.
 
La televisión es por primera vez el medio más afectado, con 35 muertos en 2014 y también en 2015. En 2015, particularmente en Siria, 21 periodistas que trabajaban para sitios en internet perecieron en 2015.
 
La Unesco advierte igualmente que, si bien la muerte de un corresponsal extranjero causa mucho revuelo, un 95% de los periodistas mueren en su propio país.
 
El organismo contabiliza en su balance todos los periodistas muertos, presumiendo que fueron víctimas de su profesión, quedando a cargo de las autoridades nacionales la tarea de demostrar que no fallecieron a causa de ésta, precisó un vocero.
 
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