Mercados son comercio, historia e identidad: Hugo Luna

Jal.| 12 jul. 2014
Desde la fundación de Guadalajara, los mercados públicos han sido un elemento central en el desarrollo cultural, comercial y culinario de los tapatíos. Los barrios, que articularon la convivencia de los habitantes desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XX (incluso en la actualidad, aunque en menor medida), no se podían entender sin el mercado, la iglesia y la plaza principal. Lamentablemente en las últimas décadas, esta forma de vida se ha ido acabando. Las autoridades abandonaron los mercados y en el destello alumbrante de la llegada de las grandes cadenas de supermercados han menospreciado nuestra cultura y tradición. A los políticos se les cuecen las habas por anunciar la inversión de grandes pisos comerciales, desdeñando el valor de los mercados como espacio público impulsor de la construcción del tejido social. El incendio en el mercado Corona del domingo pasado y su futura demolición es la metáfora perfecta de la tragedia que experimenta la ciudad. Los mercados no sólo son espacios comerciales, sino que guardan buena parte de la identidad e historia de los tapatíos. Forman parte de una tradición, de un patrimonio comercial, cultural, turístico, etnográfico y culinario. A pesar de que en muchos casos, los productos de los mercados son más frescos y baratos, han perdido buena parte de su clientela frente a los supermercados y centros comerciales. Por eso resulta obligatorio reflexionar qué se ha hecho mal para que hayan sido abandonados y qué podemos hacer para revertir la situación y que sean competitivos, modernos y acordes a las necesidades del siglo XXI. Con todo, los mercados siguen siendo un negocio y el sustento de vida para miles de comerciantes que se ganan la vida de manera honesta y legal. El año pasado, por ejemplo, dejaron en las arcas municipales 57.1 millones de pesos. Los mercados deben ser apoyados desde todos los sectores. Las autoridades dándoles el mantenimiento adecuado, ofreciendo espacios dignos y garantizando que seguirán siendo públicos. Y la sociedad yendo a comprar en ellos y favoreciendo el comercio de cercanía.
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