Kofi Anan

 

 

La realidad de México es muy compleja y muy distante al ideal de país en el que aspiramos a vivir. Cada día millones de hombres y mujeres padecemos los males que le duelen a nuestra sociedad, somos víctimas de violencia, corrupción, pobreza, inseguridad, desempleo y falta de oportunidades. Las promesas del gobierno por un mejor país siguen quedando en el mundo de la utopía y de las ideas. Basta con ver las enormes brechas de desigualdad que persisten entre los mexicanos.

 

A pesar de las múltiples reformas y de los programas sociales, los gobiernos no han tenido la capacidad para brindar las condiciones mínimas indispensables para el pleno desarrollo de todos los hombres y mucho menos, de todas las mujeres. Es aquí, en esta inmensa distancia de inequidad entre hombres y mujeres  donde existe una gran herida que no sólo lastima a la sociedad, sino que impide el desarrollo integral de México.

 

 

A pesar de las múltiples batallas conquistadas por hombres y mujeres a lo largo de muchos años en favor de la equidad de género, las mujeres del país seguimos experimentando una profunda desigualdad. El día de hoy los invito a reflexionar sólo en una de estas condiciones de inequidad, la marcada brecha salarial que transgrede los principios básicos de los derechos humanos de la mujer. 

 

En México el simple hecho de ser mujer es una de las razones que obstaculiza acceder a una fuente formal de empleo.  Cuatro de cada diez mujeres formamos parte de la fuerza laboral activa en nuestro país, mientras que siete de cada diez hombres lo hacen. Y una vez conquistado un espacio formal de trabajo, las mujeres debemos enfrentarnos ante la injusta realidad de un ingreso inferior, pues estaremos destinadas a ganar entre un 15 y 20 por ciento menos de lo que gana un hombre, aun realizando el mismo tipo de trabajo y con las mismas responsabilidades.

 

El informe "Brecha de Género 2014", elaborado por el Foro Económico Mundial coloca a México en el número 80 de 142 países, y en la pésima posición 118 si sólo se toma en cuenta la variante de brecha salarial entre hombre y mujeres. 

 

Esta situación de verdadera discriminación hacia las mujeres, se vuelve incomprensible y ajena a todo lo establecido en los Tratados Internacionales, en nuestra Constitución Política y nuestra legislación en materia de derechos humanos. 

 

Esta iniciativa que hoy presento ante este honorable Pleno, tiene el objetivo de construir garantías para eliminar la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Es una acción que pretende sanar una de las tantas y tantas capas de desigualdad social que persisten en nuestros país. 

 

En esta iniciativa se reconoce la existencia de la brecha salarial y se identifican las medidas para su erradicación. Se busca promover la eliminación de diferencias salariales entre hombres y mujeres que realizan un trabajo que se considere igual o con el mismo valor, al tiempo que se fomenta la paridad salarial en el diseño de la Política Nacional de Igualdad entre Hombres y Mujeres.  

 

Tenemos que ser conscientes que la desigualdad y la discriminación es una forma de violencia que atenta contra lo más importante de las personas: su dignidad. Pero al mismo tiempo, estas brechas de la desigualdad lo único que logran es impedir que las personas ejerzan sus derechos y su ciudadanía. Por ello, los progresos en la conquista de los derechos políticos de las mujeres son insuficientes, si no garantizamos que se hagan efectivos mediante el pleno ejercicio de sus derechos sociales y humanos fundamentales, como pretendemos con esta iniciativa para la paridad salarial. 

 

En esta Legislatura resulta indispensable el compromiso de todas y todos los legisladores por un trabajo serio y profundo entorno a una amplia agenda de género y combate a la desigualdad en todas sus formas. En Movimiento Ciudadano compartimos el anhelo de todos los mexicanos que quieren vivir en un país donde hombres y mujeres contemos con los mismos derechos y oportunidades, donde todos y todas podamos vivir dignamente, donde la justicia sea el camino elegido por nuestro país. Cualquier tipo de injusticia cometida hacia una mujer, es una injusticia que se comete contra todo el país, porque lo que le duele a una mujer, le duele a México entero.