2021: ¿Qué está viendo Movimiento Ciudadano que el resto no?
Clemente Castañeda Hoeflich, Coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano.
Jorge Álvarez Máynez, Secretario General de Movimiento Ciudadano.
La discusión pública se ha centrado en la formación de coaliciones, debido a la decisión inédita del PAN y el PRI de integrar una alianza electoral, y debido a las críticas hacia Morena que, a su alianza con formaciones de extrema derecha, ha sumado a uno de los enemigos históricos del hoy Presidente: el Partido Verde.
En las mesas de opinión, sin embargo, también se habla de nuestra decisión: ¿Por qué Movimiento Ciudadano decidió no ser parte de ninguna de esas coaliciones? ¿Qué está viendo Movimiento Ciudadano?
Responderemos a esa pregunta, aunque al mismo tiempo hay que interrogarse: ¿qué están viendo los demás?, ¿en qué México viven?
La táctica. Reforma (1/dic/20) publicó una encuesta en donde sólo el 30% de las personas estaría dispuesta a votar por la coalición PAN-PRI, mientras que el 60% no. ¿Si el supuesto objetivo de la coalición es derrotar a Morena, por qué apostar por una fórmula en la que arrancan perdiendo 2 a 1? La suma de emblemas podrá ser atractiva, pero no necesariamente es una suma de votos.
Meses antes, Reforma preguntó qué opción preferían las personas para hacerle frente al Presidente en la Cámara de Diputados: 17% dijo que el PRI, 16% que el PAN y el 24% dijo que un partido nuevo. A lo más, esa coalición va a reciclar su voto duro, sin lograr conquistar nuevos electores.
La estrategia. ¿Quién, cuándo y por qué comenzó a hablar de esta coalición? El propio Presidente en una conferencia mañanera de junio (un año antes de la elección), donde presentó a la coalición opositora y se dio el lujo de bautizarla.
Hay quienes dicen, sin que se comprenda muy bien el razonamiento, que "el presidente habla de la coalición todo el tiempo porque le tiene miedo". ¿Desde cuándo el Presidente habla de las cosas que no favorecen su relato o de los temas que no le convienen? La polarización a quien más beneficia es a su partido que carece de identidad; el discurso binario nutre su narrativa y le permite interferir en el proceso.
Si ya se evitó que el Presidente estuviera en la boleta electoral de 2021 al modificar la reforma de revocación de mandato (por cierto, con los votos de Movimiento Ciudadano), ¿por qué esta coalición se empeña en volver a ponerlo en el centro de la contienda? Para nosotros, la contienda se centra en las y los mexicanos que quieren opciones distintas, que quieren contrapesos y una visión de futuro frente al pasado que representan ambas coaliciones, quienes votaron por un cambio y hoy lo siguen esperando.
Tampoco elegimos jugar en el tablero que quiere el Presidente por una razón adicional: en el 2021 habrá elecciones locales en todo el país, y éstas son batallas cuerpo a cuerpo, en la que las personas votan más por los perfiles que por los partidos. Si la principal debilidad de Morena se encuentra en lo local porque sus gobernadores y alcaldes son impresentables, y si la fuerza de las oposiciones está en lo regional, ¿para qué arrebatarle a nuestras candidatas y candidatos esa ventaja estratégica? ¿Por qué obligarlos a confrontarse con un personaje que no estará en la boleta?
La ética. Quienes convocan a esta coalición dicen que hay que detener a Morena, pero hay que revisar su comportamiento para verificar sus dichos. ¿Qué es más autoritario y excesivo que privar de su libertad a una persona sin juicio y sin pruebas? Eso se lo aprobaron al Presidente el PAN y el PRI y lo pusieron en la Constitución. ¿Qué es más autoritario y excesivo que vulnerar el equilibrio de poderes como lo acaban de aprobar en la reforma judicial? No solo eso. ¿Quién creó con el Pacto por México todas las reglas y marrullerías con las que hoy gobierna el Presidente y de las que se quejan?
Por eso 2 de cada 3 personas no respaldan esa coalición, y a ellas no les importa que haya dirigentes partidistas que todos los días los regañan por haber votado por un cambio en 2018: ellas no se arrepienten de haberlo intentado pero hoy buscan opciones distintas. Por eso, la mejor forma de conquistar espacios electorales y cambiar la configuración del Congreso es ofreciéndole a esas personas una alternativa de futuro, no un reciclaje del pasado.