"La verdadera pobreza es la falta de la educación"

Réplica de Medios| 9 nov. 2015
 
08 de Noviembre 2015
 
Sakena Yacoobi, ganadora del premio de la Cumbre Mundial de la Innovación en Educación, dice que se acercó con la comunidad en Afganistán y así llevó la educación a las niñas y a refugiados. 
 
Doha, Qatar.- Para Sakena Yacoobi, la mujer que desafío al régimen talibán con su propuesta de educación para las mujeres y los refugiados, la situación de las escuelas públicas en México se parece a las de su país Afganistán, porque hay niños que salen de los colegios demasiado pronto, no concluyen sus estudios y los planteles no tienen suficientes recursos, "como nosotros".
 
La ganadora del premio de la Cumbre Mundial de la Innovación en Educación (World Innovation Summit Education, WISE 2015) declara que es importante que los infantes tengan maestros bien entrenados, porque un buen docente "hace que el alumno siga estudiando".
 
Desde hace 40 años, la considerada Premio Nobel de la Educación conoce México, cuando ella aún trabajaba en Estados Unidos vinculada a la Universidad de Michigan, donde estudió para ser maestra.
 
"Me encantó la gente, tiene la sangre muy caliente. Son muy felices, les encanta la música y bailar, como a mí. Tiene buena comida, montañas y playas". Hace 40 años llegó a nuestro país por primera vez a laborar con una organización que los reunía cada año.
 
"Conozco bien la cultura mexicana, no conozco el idioma", asegura de forma sonriente y señala que del sistema educativo conoce algunos detalles: la deserción a temprana edad y los recursos insuficientes. Cuenta que no aprendió a hablar el idioma pero conoce la cultura mexicana.
 
Al preguntarle sobre las herramientas que ha utilizado para enfrentar las situaciones de violencia que se presentan en los planteles, revela su método: escuchar a la gente. "Respétalos, no los mires desde arriba con arrogancia, dales apoyo moral. Hay que tratar de construir una relación de confianza, darles espacio y libertad para hablar".
 
Con ello no sólo enfrentó al régimen talibán, sino también lo ha hecho con los gobiernos para acercarse y negociar apoyos que se han multiplicado en el Instituto Afgano de Aprendizaje, del cual es directora ejecutiva.
"En mi trabajo, en los campos de refugiados, durante la época del talibán he encontrado, incluso hoy con el gobierno, que es el mejor método para alcanzar las metas, y para conseguir de mejor manera mis objetivos de educar a los niños; donde no se les permitía ir a la escuela y no querían que tuvieran cultura. Tuve que hacer esto con la comunidad, construir una relación con ellos, hacerles ser parte del programa, que lo sientan suyo, propio. Entonces caminaron conmigo y me apoyaron. Es suyo, lo hacen suyo. Les empodera y es cuando realmente escuchan. Me dan el espacio para abrir la escuela, en su propia casa, en su comunidad".
 
Esa estrategia generó que otros fueran a contar lo que ocurría a los demás y "le dieron legitimidad" al proyecto, confiaron en ella, "porque los otros lo han dicho. De este modo se crea una red de confianza y se corre la voz".
 
Las situaciones de violencia generadas en el entorno de los colegios encontraron una metodología de organización, lo que propició que la gente empezara a pedir una escuela, un centro, una clínica y talleres, por lo que se necesitó un programa integral.
 
"Todo porque se venía organizando desde la comunidad y lo sentían como suyo". Al detallar su propuesta educativa, cuenta que el enfoque es generar en los niños el pensamiento crítico, porque "genera libertad".
 
El instituto que encabeza ha formado a 12 millones de niños afganos y a la distancia recuerda que siendo estudiante en Estados Unidos lo tenía todo: "Una carrera exitosa y llena de comodidad", pero como refugiada decidió primero sacar a su familia del contexto de la guerra y, cuando lo logró, pidió la aprobación de su padre para regresar a su país y trabajar por los otros.
 
Al cierre de la cumbre, Sakena Yacoobi tomó unos minutos ante los más de dos mil invitados al Centro de Convenciones, ante los representantes de gobiernos y autoridades de organismos internacionales de Naciones Unidas, e hizo la petición: "No deberían de invertir en armas o tanques, sino en libros, escuelas, lápices y podrán ver un mundo en paz. Se necesita arrancar el problema de raíz, la pobreza es la falta de educación", sentenció.
 
 
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